Diario de un Guardia Imperial - Día 3

Hoy desperté con el cuerpo hecho mierda (dos días de entrenamientos intensivos sumado a la aventura de anoche no le hacen bien al cuerpo) mi mayor temor era quedar bajo la mira del payaso al no dar el rendimiento mínimo durante los entrenamientos, sin embargo fue tal mi sorpresa que creí que todo era un sueño al oír “¡hoy no habrá entrenamiento imbéciles!” me sentía en aleluya teníamos este día para descanso mas no tenía idea si así serian los siguientes días (rezo por el emperador a que si). Hoy durante el desayuno Vladimir y Ace me preguntaron hacia donde fui con joker la noche pasada a lo cual les invente una mentira pues dudo que creyeran el hecho que una voz macabra nos estuvo acosando durante nuestro camino de regreso. Después del desayuno los chicos se fueron cada uno por su camino a explorar la nave mientras tanto yo me dedique a informarme sobre como llegue a parar aquí y para donde nos dirigíamos. Así que fui a preguntarle a mi sargento (el mismo que me había recomendado escribir el diario), era un veterano que había estado en acción antes se podía ver por las cicatrices que tenía en su rostro, ese hombre había visto de todo pero aun así conservaba una actitud serena y mas amistosa ante nosotros que el comisario cuya mirada fría y falta de conciencia hacia nosotros se había cobrado muchas víctimas. Tal fue mi sorpresa saber que en la noche de mi borrachera los arbitres fueron desplegados para “recoger candidatos a reclutas” y más todavía al saber que nos dirigíamos a un ¡Mundo forja! Cielos he oído hablar de esos planetas, enormes extensiones del planeta cubiertos de fabricas y centros “colmenas” cuyas torres atraviesan las nubes algo que en mi planeta nunca hemos visto más que en algunas holocintas pero todo mi entusiasmo se desvaneció cuando el sargento dijo que no pelearíamos contra algo que hayamos visto antes y que más nos valía estar preparados. Nuestros enemigos serian los Orkoz los cuales estaban invadiendo el planeta y debido a su importancia estratégica se empezaron reclutamientos de emergencia en todos los planetas cercanos. Claro que en propias palabras del sargento nosotros seriamos “la carne de cañón” y nomas serviríamos para retrasar el avance orko por el planeta.
Minutos después Moisés (el nombre del sargento) me dijo: “Tranquilo chico, si sobrevives a esta batalla puedes considerarte un guardia imperial y dejaras de ser un escudo blanco. Tu solo tienes que aprender a cubrirte, saber disparar y rezarle al emperador que te proteja pero no esperes mucho de él, no estoy vivo por depender mucho de la fe.”
Después eso solté un suspiro y un sentimiento de tristeza y frustración invadió mi cuerpo ¿Tan poco vale mi vida y la de las personas que me acompañan como para ser considerados simple carne de cañón? ¿Esta es la realidad de un guardia imperial? ¿Somos tan sacrificables? Según tengo entendido los orkoz son xenos primitivos armados de palos y piedras ¡¿Cómo es posible que llegaran a un mundo forja y que sea tan crítica la situación que hasta mandaran todas las tropas que fueran posibles?! Algo no encaja en todo esto pero ya le he preguntado suficiente por el día de hoy y no quiero arruinar el resto de mi “día libre”.
Me reuní con los chicos y hemos dado vueltas por las secciones permitidas de la nave aun que estuve algo distraído sobre lo escuchado anterior mente trate de pasarla lo mejor posible pues no estoy seguro si yo o alguno de mis compañeros sobrevivamos a lo que se avecina.
Un hecho destacable fue que no vimos al comisario en todo el día por lo cual muchos de los muchachos no se contuvieron y armaron una bacanal habiendo alcohol de por medio (aunque fue poco pero se agradece) cortesía de los sargentos Anthony y Benjamín, nuestros salvadores del aburrimiento.

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