RUN'TAU CODEX: TEXT

Portada del Codex


RUN’TAU CODEX
UNOFFICIAL WH40K ARMY PROJECT

INTRO

            Los Run’Tau o Dark Tau son un novísimo Ejército no oficial para jugar a WH40K creado en este blog.
            La característica principal es que se trata de Tau (ver esta raza oficial) traidores a su Imperio, y escindidos de éste debido a todo cuanto se relata, en este mismo espacio web, en la serie “Odysseys of Fate” que encontrarás en el índice, y que ha sido redactada regularmente para este fin.

            Los Run’Tau se distinguen por su capacidad mágica extrasensorial, una cualidad sobrehumana que aquí llamamos Run’Or (la Paradoja o Poder Oscuro), que es la antítesis del Tau’va (el Bien Supremo) que buscan los Etéreos o dirigentes del Imperio Tau. El Run’Or se define como una capacidad bruja de realizar ilusiones a través de los sentidos, que el hechizado o a quien va dirigida esa ilusión cree verdadera y que, en consecuencia, es sometido de algún modo por ella, al ser privado de la noción de la realidad y de la voluntad. Tal alteración de los sentidos es dada gracias al control que un Run’Tau con Run’Or (los reyes o Tak’Auneli de este Ejército) tiene de su cristal ferógeno – esa hendidura misteriosa que se supone que todo Tau tiene en mitad de su cara y que sirve de receptor-emisor de feromonas olfativas o simples olores externos – y que proyecta sobre cualquier criatura inteligente. Para entendernos, un hechicero Run’Tau se vale del olfato, o mejor dicho, del sentido metaolfativo de su víctima, para enviar señales al cerebro de ésta en pos de controlar su realidad inmediata con el objetivo de someterlo a la ilusión concebida o irrealidad subjetiva dada.
            Este Run’Or se esconde en dos lugares físicos o “fuentes”: el cristal ferógeno de los Tak’Auneli, y en el Tak’Ores (la Reliquia): un ídolo de madera con forma de ángel que sirve de recipiente místico; y que los Run’Tau guardan con extremo recelo en una cripta secreta.

            A expensas de esto, un Dark Tau es igual a un Tau en su aspecto físico. Ni que decir tiene que ningún Run’Tau persigue el ideal de Bien Supremo; puesto que no están dominados por las señales ferógenas de los Etéreos sino que han sido dotados del libre albedrío, al ser liberados (valga la redundancia) del influjo de éstos y juramentados en la protección de las iniciativas individuales frente a los objetivos del conjunto que persigue el Imperio al que han traicionado. Un adagio Run’Tau reza: “El Tau’va es la supresión del espíritu, mientras que el Run’Or es la sobreexpresión del mismo”.

            Las especificaciones técnicas vienen, de manera somera pues esto es sólo un proyecto que busca el entretenimiento de los amantes del hobby, dada en la entrada: Run’Tau Codex: Army”; donde se detalla una posible lista de ejército, o más bien, el boceto de la misma.

            Los Run’Tau viven, actualmente en el cuadragésimo primer milenio, en un Sistema propio llamado Shaska’nou; muy cerca de la frontera de la Tercera Expansión del Imperio Tau. Sito en la Franja Este, en el Segmentum Ultima de nuestra galaxia.
            El Sistema tiene el nombre de su estrella; y cuenta con siete exoplanetas: cinco de ellos no tienen si quiera nombre; pero el tercero, donde los Run’Tau habitan, se llama Men’Nars’ya o Rocaverde. Éste posee dos satélites naturales de gran tamaño que ofrecen a la noche el resplandor del día pero en tonos azules en lugar de nítidos que carecen también de nombre. El cuarto planeta se llama Airon’Tros o Minademetal; y es de donde los Run’Tau se surten de minerales para la construcción de sus armas y naves.

            Por último en esta introducción, destacar que los Run’Tau son el único Ejército de WH40k compuesto por más de una raza o civilización galáctica. Entre las filas de la Gue’vattra o Legión Extranjera hay: Orkoz (Be’Gel) primitivos autodenominados Kalaveraz Rojiblankaz; Humanos (Gue’la) traidores al Emperador de la Humanidad, también llamados Apátridas, escindidos del Capítulo de Ultramarines; y Eldars (Guela’va) esclavos, autómatas sometidos por el Run’Or tras la rebelión de sus comandantes al fin de la batalla contra el Peligro del Norte. La historia de cómo se creó la Gue’vattra y se anexionaron estos grupos al Reino de Men’Nars’ya se relata en al serie antes mencionada: “Odysseys of Fate: Run’Tau Chronicles”.

CRÓNICA DEL NACIMIENTO DE UNA RAZA

            Por S’anti el D’iaz; cronista real de Runtau’An.

            Al principio Elan Kor, el prelado Aun de Elsy’eir, encontró la Reliquia; el Tak’Ores donde dormía el poder de la Paradoja; o Run’Or que nos asiste y guía. Elan Kor, ayudado por el General Cal’ka, convocó de todos los rincones del Imperio Tau a los mejores individuos, capacitados para ejercitarse y comprender el poder del Run’Or aun en pequeñas dosis, y los atrajo a sí, reclutándolos en su Clan: los Elsy’eir Run.
            Uno de estos acólitos fue Mont, el mecánico, de Oi’Demlok.
            Mont, Doran y Anunk; que luego serían llamados Tri’Eldii por su poder; fueron los designados por Elan Kor para sucederle en el gobierno del Clan. El motivo era que en ellos el Run’Or fluía de forma natural y espontánea cuando el Tak’Ores estaba en su presencia. [Léase “Odysseys of Fate: The Dark Tau Rising”.]

            La sucesión se dio cuando, tras una maniobra de evasión en al Batalla de Phaeb contra los Tiránidos, el Clan traicionó a un Imperio que ya lo tenía como ‘non grato’ entre sus filas; y el Lar’shi (nave clase Héroe) de Elan Kor aterrizó en un planeta habitado por Orkoz tribales al que llamaron Men’Nars’ya. En este inhóspito lugar en tierra de nadie, Elan Kor fue asesinado por un dardo envenenado Orko y el Tak’Ores pasó a ser propiedad de los Tri’Eldii.
           
            Para ser más poderosos, y cumplir con una profecía Eldar que hablaba de la creación de una nueva Civilización en la Galaxia, los Tri’Eldii vadciaron parte del Run’Or en sus propios cristales ferógenos con al ayuda de Zabio, un chamán nativo. Mataron al chamán y sometieron a los Be’Geli, nombrando a uno de ellos: Caputo, Comandante de los Kalaveraz Rojiblankaz.

            En ese entonces Bocanegra, lugarteniente de Huron Blackheart, Señor de los Corsarios Rojos del Caos, atacó Men’Nars’ya en busca del Tak’Ores. Pero los Tri’Eldii, con el poder del Run’Or cabalgando en su sistema metaolfativo, le vencieron logrando una aplastante victoria de la magia y el engaño sobre la fuerza bruta y bélica.

            Después, y para comprobar que la Profecía se había cumplido, los jóvenes y pocos Run’Tau; que ya habían conquistado Airon’Tros tras haber perdido su flota en un grave incendio del Juntas o astropuerto principal de la ciudad capital erigida como Runtau’An; recibieron la visita de Baal-hemot, guía de la Senda de los Profetas Guerreros Eldar. Quien, con más buena voluntad que fortuna, dejó en el planeta una parte de su ejército personal bajo la comandancia de Lucero y Baal-asterot. Éstos construyeron Por’He Guela’va, la ciudad flotante Eldar de Men’Nars’ya, y ayudaron en el transporte de minerales desde Airon’Tros a las industrias de Runtau’An. El motivo de la ayuda era otra profecía: la que avisaba de un ataque inminente de Dark Eldars a la recién nacida Civilización Dark Tau.
            Y, como Baal-hemot soñó con los Apátridas, fue en su busca. Éstos traicionaron al Emperador por el mismo motivo que Elan Kor hubo traicionado a los Etéreos, Casta Tau a la cual él mismo pertenecía: no querían morir por una razón que, al fin y al cabo, ni les iba ni les venía. Viéndose más esclavos de un objetivo común, que guerreros auténticos. Su Comandante, Darius Quijano, pasaría a ser de inmediato uno de los altos mandos de la Gue’vattra o Legión Extranjera, tras entrevistarse con los Tri’Eldii.

            Entonces se produjo el intento de golpe de Estado de Doran, sofocado gracias a dos héroes: uno Eldar y otro Run’Tau. Y, al morir Doran, se perdió para siempre un cuarto del Run’Or total que antes guardaba el Tak’Ores: quedando un tercio en la Reliquia y los otros dos en Mont y Anuk respectivamente. Además de la posesión del Run’Or, que enloqueció a Doran por completo, se conjetura que fueron los celos al hijo de éstos: Montanuk, los que propiciaron el levantamiento.

            Inmediatamente después, vino el ataque Dark Eldar, cuya defensa constaría la vida a dos quintas partes del total de la población de Shaska’nou; y a dos tercios de la población Eldar en concreto. Finalmente, la victoria del Ejército Regular y de la Gue’vattra sobre el invasor o “Peligro del Norte”, dejaría ver el estado de desolación en que quedó todo tras diez días de combate continuo por tierra, espacio y aire.
            El gran número de bajas provocaría las quejas de Lucero y Baal-asterot; quienes serían ejecutados por los Tak’Auneli (los Reyes) Mont y Anuk – quienes también empezaron a mostrar signos de estar siendo poseídos por el Run’Or que los embriagaba – y que esclavizarían a los Eldar bajo una super-ilusión para servir como mercenarios sin voluntad en la Gue’vattra. [Léase “Odysseys of Fate II: Run’Tau Chronicles.]

PUNTO DE PARTIDA

            Ha pasado un mes mennarsyano desde que Lucero y Baal-asterot fueran ejecutados. Pero no hay noticias de que la Senda de los Profetas Guerreros tenga en mente vengarse por la afrenta. Hace mucho que Columbus juró venganza a Mont cuando Bocanegra, su mentor, murió sin lograr apoderarse de la Reliquia. Y tropas del Emperador buscan el Crucero que les falta, y a los traidores que viajaban en él, sin descanso… amén de que ya tiene órdenes la Comandante O’Shaserra de encargarse de ese sistema, punto estratégico cercano a las fronteras del Imperio Tau, más allá de la denominada Tercera Expansión por los historiadores.

            Is’kaara, la Almirante del Ejército Regular, ha sido designada como encargada de la protección de los dos planetas conquistados y, con la ayuda de Darius Quijano y sus Apátridas, está montando un sistema de escudos para tal fin.
            Mientras que los Tak’Auneli, o reyes, han decretado Estado de Excepción en el planeta para reconstruir todo lo que el Peligro del Norte, y la feroz batalla contra él, destruyó. Los Eldars se encargarán de la defensa de las ciudades: Runtau’An (la capital) y Por’He Guela’va; mientras que los Kalaveraz Rojiblankaz de Caputo seguirán controlando los lejanos pueblos y fuentes de materia prima orkaz de todo el planeta.
            Cal’ka y Butch, por su parte, continúan adiestrando a los futuros pilotos de Armaduras Jikita y JikitaBeta en Sho’por’va. Además de encargarse de los sacrificios rituales al B’kak’Aunes’es…

            …el futuro es, por tanto, el próximo papel en blanco a escribir.

CULTURA Y MITOLOGÍA

            Los Run’Tau viven en un Tak’Aunel’es o Reino, donde los biarcas son Mont y Anuk en igualdad de condiciones. El heredero al trono es el pequeño Montanuk, y su mentor es el que escribe: S’anti el D’iaz, cronista real.

            Militarmente, los Capitanes Generales son los Tak’Auneli. Les siguen Is’kaara como Almirante y Cal’ka como General, para los Ejércitos del Aire y de la Tierra respectivamente. Cal’ka, además, es Comandante del C.P.A. (Comando de Pruebas de Armaduras), cuyo lugarteniente es el Run’Tau con nombre de Orko, Butch. En cuanto a la Gue’vattra, o Legión Extranjera, los Comandantes don Quijano para los Apátridas y Caputo para los Kalaveraz Rojiblankaz, en el mismo escalón jerárquico.

            Los Run’Tau no tienen dioses. Aunque, como el Templo de Cegorach, deidad cosmogónica Eldar, supuso un bastión en la defensa contra los Dark Eldars, algunos están creando un culto pseudorreligioso a éste; sin la ayuda de los Eldars, que son esclavos “zombies” bajo la voluntad de los reyes.
            En cuanto a la Reliquia, o Tak’Ores, es un ídolo de madera que no es venerado, pero sí custodiado recelosamente. Los custodios son los Guardianes de la Reliquia: guerreros y guerreras Run’Tau vírgenes consagrados a tal oficio de por vida y que viven en la cripta donde el ídolo está.
            Su sabiduría popular se basa en refranes; y su cultura literaria está casi centrada en un único tema: el An’korstla o Inframundo. Korst’la es la Parca, y se representa como un Tau-escorpión de cuatro pinzas, dorado, bronceado o azabache. Estos cuentos hablaban de un “Pastor de Almas” o B’kak’Aunes’es, y son alimentados ya que en Sho’por’va: el campamento donde vive y se ejercita el C.P.A., se encuentra el pozo donde habita una serpiente gigante que corresponde a la descripción de ese ser mitológico. Mensualmente, y para calmar su hambre, es sacrificado un individuo por sorteo arrojándolo vivo al pozo del B’kak’Aunes’es.

            A pesar de ser un Reino, económicamente el Estado puede considerarse comunista. Seguridad, educación y sanidad son públicas; no existe la propiedad privada; y todos los ciudadanos (a expensas de los Eldars) tienen los mismos derechos y deberes para con el Reino. Su ambición no es imperialista ni de conquista de los mundos más cercanos. Su avance tecnológico, por tanto, va en la única dirección de protección del Sistema Shaska’nou de los más que probables futuros ataques del enemigo.

            ¡Qué la Paradoja os asista!
            We are the hammer of the Gods, we are Thunder, wind and rain.

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