Batalla de Benab (5)


Mientras Alejandro se prepara para el siguiente movimiento, Mónica se alista para realizar un ataque, tras varias semanas de entrenamiento sus tropas están en plena forma y llega la pieza que completara el rompecabezas, reciben un regalo de los cardelianos: tanques valquisher T-2.
Con la llegada de 300 tanques y refuerzos Mónica disponía de 1000 tanques y Alejandro solo de 500, sus cuatro regimientos doblaban a los efectivos de Alejandro. Pero dar de comer a todos esos hombres adecuadamente no era tarea fácil.
Mónica tiene la ventaja de luchar cerca del puerto espacial del que se abastece. La gran dificultad a la que se enfrenta Alejandro es mantener bien alimentados a sus hombres y obtener suficiente combustible y munición. Cuanto más se acerca a Benab mas se aleja de los puertos que controla, se ha extendido demasiado. Además los cruceros imperiales bombardean a las naves que contienen sus provisiones, equipar a sus tropas se convierte en un problema.
Los ejércitos dependen del estomago de sus tropas pero los alimentos son cada vez más escasos y los hijos de la malicia y los renegados tienen una dieta menos variada que los arios. Los hijos de la malicia rara vez necesitaban comer pero tras la larga campaña ahora deben comer como los mortales que son, se ven obligados a comer las raciones de los renegados, comen carne artificial en conserva que más parece pescado viejo que otra cosa y las acompañan con barras nutrimentales que nunca caducan pero que son muy duras. Los arios y en general todas las tropas del sector agria se alimentan mucho mejor, comen carne de vaca enlatada junto con verduras y pueden comer seguido y abundante.
Las líneas de provisiones de los hijos de la malicia finalmente fueron cortadas por Mónica quien los superaba en número de hombres, tanques y aviones, la guerra relámpago de Alejandro se detiene tiene que pensar en algo nuevo.

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