41º Milenio.
Día 5 del mes 3º después del despertar.
Perperauplex, Mundo Corona de la Dinastía Razhir.
Había pasado muy poco tiempo desde su despertar en las cámaras de éxtasis. De los centenares de sistemas subyugados a su causa, apenas varias decenas de ellos tenían escasa actividad, y muchos menos eran los que poseían una independencia plena para comunicarse con él, a decir verdad ninguno... sus mundos, antes fríos, helados debido a sus pobres estrellas, estaban repletos de vida, vida que nunca debía de haberse formado, seres abominables que ignoraban la existencia de los verdaderos dueños de la galaxia; nosotros los Necrontyr.
Rhaz-Thuraz oteó una vez mas el horizonte helado de Perperauplex desde los amplios ventanales de su inmenso palacio, que se alzaba como un mausoleo inmortal en medio de la necrópolis. Un símbolo de autoridad, majestuosidad y definitivamente de poder. Los cielos apenas habían cambiado, el blanco y frio panorama le seguía provocando una sensación de dominación allá donde le alcanzaba la vista. Solo una cosa le atormentaba, algo que no tenía nada que ver con todos los problemas técnicos que se habían producido con la comunicación con sus otros Mundos Necrópolis, tampoco con la destrucción total de todo un complejo de éxtasis donde esperaban miles de guerreros a ser despertados, e incluso ni siquiera estaba preocupado por la desaparición de su Némesor después de mas de sesenta millones de años. Era algo que que iba mas allá de todos esos sucesos que al fin y al cavo, podían ser solucionados sin demasiado esfuerzo y eran de esperar después de los largos milenios.
Una flota de unos extraños seres con una tecnología relativamente avanzada, había aterrizado deliberadamente en su estimado planeta, los informadores necrones habían estudiado meticulosamente los movimientos de esta incursión, sin encontrar ninguna información en el registro Necrontyr sobre esta forma de vida, al parecer no vinculada a los Eldar. Sin embargo, gracias a la avanzada tecnología de su mausoleo y a la dedicación plena de la corte de criptecnólogos, Rhaz-Thuraz pudo averiguar que se trataba de unos seres a los que se les solía denominar "Tau". Estos, se dedicaban a analizar Perperauplex y con éxito, habían catalogado una pequeña rama del Mundo Necropolis, profanando sus planicies, mancillando el nombre de su Dinastía y firmando a su vez su sentencia de muerte...
Rhaz-Thuraz despertó de su ensimismamiento, cuando uno de los lideres de su corte irrumpió en sus aposentos y se arrodilló ante él. Se trataba de la figura inconfundible de Iz-Rhaz, con su tejido sempiterno dorado, quien ostentaba una legión de inmortales a los que llamaba con orgullo los "Mirada Serena".
* Mi Phaeron, la despreciable forma de vida Tau se ha asentado cerca del polo norte planetario, en el desierto helado de Norplex, al oeste de los Acantilados de Hielo. Nos hemos mantenido al margen como ordenasteis hasta ahora y no se han percatado de nuestro despertar.
* Perfecto, ya era hora de que esos Tau dejaran de pulular por mi Corona. Prepara a los "Mirada Serena" y llévalos hasta el acantilado de los Eones, hazles creer a nuestros huéspedes que nos alzaremos desde allí -contestó Rhaz-Thuraz, dando a entender que tenía un riguroso plan, como siempre.
* Sí, mi Phaeron. En dos días estaremos preparados para atacar, esperaremos vuestra orden.
Seguidamente, Iz-Rhaz se apoyó en su dáculus y se levantó poco a poco, para dar media vuelta y desaparecer tras las puertas de los aposentos de su señor, dejando una estela verdosa proveniente de su capa, intacta a pesar de los siglos.
Rhaz-Thuraz lo siguió con la vista hasta que la estela desapareció por completo, recordando así las innumerables victorias que habían sucedido hace mas de sesenta millones de años, con la misma marca verde de Iz-Rhaz y los "Mirada Serena". Después de unos segundos de cortesía, volvió de nuevo la vista a sus ventanales, oteando el horizonte helado de Perperauplex.
Razhir-Rhaz, Mausoleo de la Dinastía Razhir
Día 6 del mes 3º después del despertar
Apenas unos instantes antes de que la estrella azul Plexion iluminase con su tenue luz los inmensos pináculos de los monolitos de Razhir-Rhaz, el mausoleo de la Dinastía Razhir, el Phaeron comenzaba su proyecto para purgar su planeta de la forma de vida Tau que había eclipsado la gloria Necrontyr durante demasiado tiempo.
Rhaz-Thuraz caminaba a paso rápido por los lóbregos pasillos de la vasta necrópolis, acompañado por sus cinco necroguardias y Kateph, el criptecnólogo mas avanzado de su corte. Con breves ordenes varios sistemas de éxtasis se iban activando, hasta la actualidad tan solo un quince por ciento de su Necropolis había despertado, y desgraciadamente un treinta y cinco aproximadamente había sido destruido, por lo tanto, se disponía a despertar el cincuenta por ciento restante y organizarlos para atacar. Cuando Kateph hubo terminado de activar todos los mecanismos de reanimación acudió a su corte y reunió a los mas competentes en una sala especifica para ello.
Los diferentes lideres y criptecnólogos iban presentando sus respetos al Phaeron conforme entraban en la sala de reuniones del mausoleo. Seguidamente tomaban asiento alrededor de la gran mesa en la que cada uno conservaba su posición ganada a pulso sesenta millones de años atrás. Eran seis, tres criptecnólogos entre los que se encontraban Kateph y Tsu-Kham el mas bélico de todos y tres lideres o nobles, sin contar a Iz-Rhaz que ya había partido al acantilado de
los Eones. Faltaban varios personajes de su corte que se encontraban en el Bastión Necrotec, punto clave de comunicaciones de la Dinastía Razhir el cual estaba situado varios miles de kilómetros al sur, en el ecuador planetario. Comenzaron una conversación larga e intensa sobre los diferentes sucesos que habían acontecido estos últimos meses, solucionando problemas técnicos y repartiendo tareas de organización y mantenimiento de la necrópolis, esto último fue asignado a Erinkhar uno de los lideres de mas intelecto. Hubiese sido correcto ordenar esta tarea a Drak-Rhaz, su Némesor, pero este se encontraba desaparecido y su cámara de éxtasis profanada. Llegó el momento de explicar el plan que pretendía seguir el Phaeron para aplastar a esa ridícula expedición que trataba a su Corona como objeto de laboratorio.
* La reanimación es mas lenta de lo que esperábamos mi señor, no tendremos el cien por cien de los efectivos, los circuitos han permanecido olvidados demasiado tiempo y necesitaremos semanas para que todos "despierten". Argumentó Kateph, el criptecnólogo jefe.
* Ya he enviado a Iz-Rhaz hacia los Acantilados de Hielo, quien esperará allí a mi orden para que sus "Mirada Serena" realicen un ataque frontal contra el asentamiento Tau, estos creerán que nos alzamos desde allí y cuando esto ocurra y concentren toda su atención en la contención de las tropas de Iz-Rhaz, atacaremos por la retaguardia enemiga atravesando el desierto Norplex guiando a los guerreros necrón hasta el corazón de sus fuerzas. Su tecnología no es menospreciable, pero nada comparada con la nuestra, no necesitaremos el cien por cien de nuestras fuerzas, me basta con lo que tenemos para aplastar a esa forma de vida, tenemos el poder, somos la galaxia. Culminó el Phaeron la conversación.
La reunión acabó poco después tras que toda la corte, asintiera ante sus metálicas palabras y pronunciara al unisono “somos la galaxia”.
Mientras tanto, poco a poco miles de guerreros necrones, programados para ello, se iban alineando en las planicies y hangares de la necrópolis armados con sus temibles rifles gauss, dispuestos a marchar por su Phaeron. Las arcas fantasma se deslizaban repletas de guerreros por las inmediaciones de la capital e incluso varios acechantes de la Triarca, que eligieron Perperauplex como lugar de descanso se prepararon para el inminente ataque.
Perperauplex, Acantilado de los Eones.
Día del 7 mes 3º después del despertar.
Después de dos días de camino hasta el polo norte planetario, dando un gran rodeo para que los Tau no se percatasen de su presencia, Iz-Rhaz mantenía a sus "Mirada Serena" tras el acantilado de los Eones, un inmenso escarpado de once mil metros de altura que daba paso al desierto Norplex y que crecía o disminuía dependiendo de las temporadas de tormenta. El gran líder, oteó el horizonte congelado percatándose de una gruta en la montaña que su mente no conseguía recordar, rápidamente, accionó un mecanismo y apareció una pequeña pantalla de
holograma en su antebrazo izquierdo desde el cual accedió al ordenador central de Necrotec, la base de comunicaciones. Revisando bases de datos e incluso consultando a los criptecnólogos de Necrotec, pudo averiguar que esa gruta llevaba poco tiempo abierta y que seguramente los culpables de aquello, fuesen los "Tau".
Iz-Rhaz cerró su comunicación y golpeó la helada superficie del planeta con su dáculus. Habría fruncido el ceño de tenerlo y mostraría una mueca de enfado, como en la era de la carne... pero no era así, a cambio, sus globos oculares aumentaron de intensidad y fulguraron de color rojo.
"Hemos dormido demasiado tiempo acunados por nuestra estrella azul, ya es hora de que todas esas formas de vida conozcan la única y verdadera razón de su existencia... pues no es otra que morir a mis pies." Se dijo a si mismo, antes de ordenar a una docena de sus "Mirada Serena" que le siguiesen hacia el interior de la gruta para llegar hasta el fondo del asunto.
Rhaz-Thuraz caminaba pensativo por los lóbregos pasillos de Razhir-Rhaz, hacía dos días que había enviado a Iz hacia el acantilado de los Eones y todavía no recibía notificaciones ni informes, algo muy inusual en él. Tsu-Kham apareció doblando uno de los corredores acompañado de un par de necroguardias, el criptecnólogo se arrodilló frente al Phaeron y los necroguardias hicieron lo propio.
* Habla. Musitó Rhaz-Thuraz mientras hacía un leve gesto con su metálica mano derecha para que todos se alzasen.
* Mi señor, las tropas están preparadas cientos de guerreros esperan sus ordenes para ejecutar el ataque. Dijo el criptecnólogo mientras se levantaba y lo hacían también los necroguardias.
* No podemos atacar hasta estar seguros de que Iz-Rhaz ha cumplido su parte, sin el factor sorpresa sufriremos demasiadas bajas y no disponemos de la verdadera fuerza de la Dinastía hasta que no despierten el cien por cien de las cámaras de éxtasis. Contestó severo el Phaeron, consciente de que los improvistos se le amontonaban.
* Pero mi señor, el tiempo apremia, si no atacamos pronto puede que la forma de vida Tau se percate de nuestra presencia, para entonces, cientos de naves se dirigirán hacia Perperauplex. Replicó Tsu-Kham.
* ¡Guarda tu impaciencia por la sangre para la batalla y deja que yo me encargue de liderar mi ejercito!. Exclamó Rhaz-Thuraz con un eco metálico que recorrió los pasillos del mausoleo.
* Si mi señor... Asintió el criptecnólogo experto en metamorfosis, reverenciándose ante el Phaeron para seguidamente dar media vuelta y seguir con sus tareas.
Rhaz-Thuraz observó al criptecnólogo hasta que esté desapareció de su vista, para seguidamente acercarse a uno de los grandes ventanales que daban al Laberinto Helado, una formación natural
de varios casquetes y paredes de hielo dispuestas a lo largo de cientos de kilómetros que formaban una especie de laberinto mortal.
* Iz-Rhaz, mas nos vale a todos que sigas siendo el mismo.
2ª PARTE: Y CAERÁN BAJO MIS PIES.
Perperauplex, Acantilado de los Eones.
Día 7 mes 3º después del despertar.
Plexion estaba en el cenit del cielo e iluminaba con su peculiar luz azulada la superficie de Perperauplex, los grandes riscos de los Acantilados de Hielo proyectaban su kilométrica sombra sobre el desierto Norplex y el tejido sempiterno de Iz-Rhaz brillaba fulgurante poco antes de adentrarse en la gruta helada junto a doce de sus "Mirada Serena". La temperatura era mucho mayor ahí dentro que en la superficie del planeta, donde se podían alcanzar los cincuenta bajo cero en un día normal y los doscientos bajo cero en las noches mas cerradas, esto hacía que las articulaciones de los necrones chirriaran debido a la escarcha, algo que molestaba al líder pues podía revelar su presencia.
Después de un rato caminando llegaron hasta una estancia que ofrecía más que carámbanos y superficies resbaladizas, se trataba de la entrada hacia una cámara de éxtasis. Iz-Rhaz se adelantó, hincó su dáculus en el hielo y accionó una computadora que debería de proporcionarle los datos internos de dicha cámara. Desencriptando los códigos consiguió averiguar en pocos minutos que se encontraba ante una cámara olvidada, donde millones de años atrás, unos destructores pidieron que su letargo fuese en Perperauplex y Rhaz-Thuraz aceptó construyendo así esta cámara que no debía de ser accionada salvo en caso de estricta emergencia.
Iz-Rhaz levantó la vista agarrando de nuevo su dáculus y para su asombro advirtió que los Tau ya habían cruzado la compuerta blindada que accedía a los complejos de éxtasis. Por lo rudimentaria que era la operación seguramente se tratase de una avanzadilla y el líder necrón ordenó a los "Mirada Serena" que se adentrasen en el lugar.
Allí estaban, eran unos veinte exploradores Tau que catalogaban con eficacia las bóvedas y complejos mecanismos de la cámara, donde cientos de destructores dormitaban esperando a que alguien o algo los despertara, por suerte no se habían percatado de la presencia del líder necrón y su destacamento. Iz-Rhaz al observar tal ofensa estalló en cólera y ordenó a los Inmortales que abriesen fuego sin pensar demasiado en las consecuencias.
Después de la muerte de varios enemigos con la primera oleada de fuego Gauss, los Tau se cubrieron bajo cobertura y respondieron al ataque necrón con sus rifles de inducción, que en principio no eran muy efectivos contra la fuerte aleación de las carcasas de los Inmortales. Entre la refriega, sorteando columnas y cámaras de éxtasis, el líder necrón se adelantaba hacia las lineas enemigas, apoyó su espalda en uno de los pilares que sostenían la bóveda bajo el hielo, para de seguido girarse y abalanzarse sobre dos enemigos que disparaban con tesón a sus
"Mirada Serena", que seguían en pié en su mayoría, apretando los gatillos de sus blásteres. Iz-Rhaz lanzó un tajo horizontal que por sorpresa, rebanó la cabeza de uno de los Tau, el otro se giró en ese mismo momento y disparó su rifle de inducción sobre el líder necrón, que sintió como el rayo proveniente del arma del enemigo rebotaba en su tejido sempiterno, seguidamente agarró con fuerza la garganta del despreciable sujeto y lo levantó varios palmos del suelo, cargó su diestra y lanzó una estocada que atravesó por completo el cuerpo de su enemigo, después arrojó el cuerpo hacia un lado y este voló varios metros hasta estamparse contra un sistema de palancas, que accionó de forma repentina el complejo de éxtasis y cientos de conductos comenzaron a expulsar gases tóxicos para el asombro de los pocos Taus que quedaban con vida.
El líder necrón ordenó a los "Mirada Serena" que acabasen el trabajo disparando a los supervivientes medio intoxicados y sumiéndolos en el profundo sueño de la muerte, mientras que él, se disponía a valorar los daños que había sufrido la cámara debido a la escaramuza. Se acercó hasta una computadora comprobando que los destructores se estaban despertando, su cólera había hecho que el complejo de éxtasis se activase y pronto vio como una de las cámaras se abría.
* Una forma de vida se ha asentado en nuestro planeta, no podemos permitir que un insulto así afecte a la Dinastía Razhir, habéis sido despertados por una razón, para que hagáis lo que mejor sabéis hacer... destruir. Mintió Iz-Rhaz a los destructores que habían despertado.
Al cabo de varias horas Iz-Rhaz y más de cien destructores, que no habían hecho demasiadas preguntas, salían de la gruta helada reencontrándose con la legión de los "Mirada Serena". El líder accionó la pantalla de holograma de su muñeca y se dispuso a informar al Phaeron de lo ocurrido momentos antes.
* ¡Ya informarás de esa escaramuza en otro momento!, ahora necesito que tu y tus Inmortales ataquen el perímetro de la forma de vida Tau. Decía impaciente Rhaz-Thuraz.
* Si mi señor, nos dirigimos hacia allí. Contestó Iz-Rhaz para seguidamente ordenar a los "Mirada Serena" el definitivo avance hacía las inmediaciones del asentamiento Tau.
Al conocer las buenas noticias que Iz-Rhaz le había proporcionado, el Phaeron convocó a la corte y pronto, el ejercito de la Dinastía Razhir partía hacia el desierto de Norplex, materializándose en varios monolitos cercanos que actuaban como puente dimensional.
Poco después, Iz-Rhaz daba una nueva orden, y las disciplinadas lineas de inmortales flanqueadas por decenas de destructores, atravesaron los pasos subterráneos del acantilado de los Eones, avistando así, el asentamiento de la forma de vida Tau, que se encontraba a los pies de unas pequeñas dunas heladas al frente del desierto Norplex, que cubrían un poco el incesante viento.
El campamento Tau estaba claramente diferenciado, a la periferia se encontraban las zonas donde descansaba la tropa y conforme se disminuía el radio, iban apareciendo diferentes hangares donde debían de encontrarse vehículos y naves. En el centro del mismo se podía diferenciar un gran bunquer donde debería encontrarse el centro de operaciones.
Los centinelas Tau, pronto dieron la alarma al observar como en el horizonte próximo, una linea de necrones se abalanzaba impasible sobre sus defensas. Y rápidamente un contingente de guerreros del fuego, acompañado por androides de combate aparecieron desde un hangar cercano, con tal de contener la primera oleada de las fuerzas de Iz-Rhaz.
Las defensas Tau eran solidas, disponían de varias barreras de metal que dificultaban el acertar a las tropas que se escondían tras ellas, sin embargo, cada ráfaga de fuego gauss desencadenada tanto por Inmortales como por destructores, hacía mella en la moral del ejercito enemigo.
El comandante Tau pronto hizo su aparición, ataviado con una compleja armadura de combate y acompañado por sus mejores hombres igual de acorazados. Comenzó a dar ordenes aquí y allá, recorriendo la mayor parte del asentamiento con la intención de dar moral y movilizar a sus tropas.
Iz-Rhaz avanzaba lenta pero contundente mente hacia las defensas Tau, flanqueado por los destructores su ataque era mas potente de lo que en un principio parecía, sin embargo, las tropas de la forma de vida Tau daban bastantes dificultades y sus "Mirada Serena" cada vez perdían mas fuelle viendo reducido su numero. El asentamiento pronto se convirtió en un campo de batalla y centenares de guerreros del fuego disparando sus rifles de inducción se agolpaban en las inmediaciones enfrentándose a los inmortales que no cesaban de disparar su fuego gauss. Iz-Rhaz se permitió entrar en combate con algún que otro incauto, que probó la furia de su dáculus cercenando extremidades por doquier. Poco después, varios vehículos de armamento pesado Tau, despegaron y consolidaron posiciones poniéndoselo mas difícil a Iz-Rhaz, que tubo que recurrir a su orbe de resurrección para mermar los efectos de los blindados enemigos. El comandante Tau había concentrado el fuego en ellos y sin darse cuenta estaba favoreciendo el ataque necrón, pues mientras tanto Rhaz-Thuraz y su ejercito avanzaban a toda velocidad, atravesando el desierto helado hacia su asentamiento, que reunía a sus fuerzas en la zona norte para contener la marea de necrones liderada por Iz-Rhaz.
- El comandante enemigo ha caído en la trampa.- Murmuro el Phaeron, casi para si mismo. Una costumbre adoptada en vida, que ahora le perseguía a pesar de los milenios.
Rhaz-Thuraz ya observaba la refriega que se estaba produciendo en el asentamiento de la forma de vida Tau desde su plataforma de mando catacumba, falanges formadas por cientos de guerreros necrones aguardaban la orden de su Phaeron, para culminar la obra que decantaría la batalla a su favor. Cuando lanzo la orden de ataque a la retaguardia de su enemigo, las arcas fantasma atravesaron la escasa distancia que les separaba de las defensas Tau a toda velocidad, descargando toda la potencia de los rifles gauss sobre las escotillas de defensa. Varios acechantes de la triarca comenzaron a causar estragos en los blindados enemigos, que
perecieron ante las inminentes ráfagas de rayos de calor que emanaban estos gigantes metálicos sin dar tregua alguna, los escarabajos canópticos que pasaban por encima de los muros de defensa allanando el paso, aunque de vez en cuando caían por decenas cuando las defensas Tau descargaban su artillería.
Los miles de guerreros necrón se abalanzaron sobre las escasas fuerzas Tau de la zona sur del complejo, y comenzaron a disparar sus rifles gauss sin piedad, demostrando el poder de la Dinastía Razhir y purgando las almas de esos pobres desgraciados, de vez en cuando algún blindado aparecía y daba que hacer a las tropas del Phaeron, pero Kateph, liderando una de las falanges de guerreros a bordo de un arca fantasma, neutralizaba rápidamente estos contratiempos, con la increíble dureza de su bastón voltaico.
El comandante Tau, pronto se dio cuenta de su error, cuando las arcas fantasma, desembarcaban filas y filas de guerreros en retaguardia y consolidaban posiciones a modo de nexo de reparación. Era demasiado tarde para retroceder, además un Tsu-Kham mermaba su capacidad de movimiento haciendo que la tierra temblase bajo sus pies, tampoco podía enfrentarse al líder necrón de carcasa dorada que tanto había deseado aniquilar y en un vano intento, replegó sus tropas cediendo terreno a Iz-Rhaz, que aún aguantaba al norte del complejo.
El Phaeron descendió desde su plataforma de mando y pisó tierra firme, la maniobra de pinza que había planeado, funcionaba a la perfección. Pronto comenzó a avanzar en el campo de batalla dando ordenes a sus lugartenientes y movilizando el ataque, que hacía replegarse a las fuerzas Tau en el gran bunquer en el centro del asentamiento. Incluso se dio el placer de neutralizar el mismo a algún que otro guerrero que en vano intentaba acercarse a su posición.
Tras varias horas de batalla Rhaz-Thuraz se reunió con Iz-Rhaz cerca de la ultima defensa de los Tau. El campo de batalla estaba totalmente desolado, los restos de chatarra y desechos orgánicos, provocados por el fuego gauss abarcaban todo a la vista, e innumerables nubes de humo se alzaban hasta el cielo. Las bajas provocadas eran innumerables, sin duda era una gran victoria pues todos los necrones que habían sido abatidos, en pocos meses serian reparados y servirían de nuevo a la causa del Phaeron.
* Mi Phaeron, la forma de vida Tau ha sido prácticamente neutralizada, solicito permiso para realizar un ultimo ataque...
A Iz-Rhaz no le dio tiempo a terminar la frase cuando el comandante Tau, rendía sus ultimas fuerzas a la Dinastía Razhir, saliendo del complejo con una decena de soldados, solicitando una audiencia con el líder de los necrones. Pronto el comandante Tau, fue separado de sus soldados, a los que poco después les esperaría un dramático fin a manos de Tsu-Kham que no le gustaba hacer prisioneros pero le encantaba investigar los puntos débiles de nuevas formas de vida. Desarmado, lo escoltaron hasta el lugar donde Rhaz-Thuraz dirigía el ataque.
Rodeado de necroguardias el comandante Tau comenzó a hablar, sin embargo hasta que los reguladores de voz e idioma se adaptaron, el Phaeron no entendió nada.
* Repite. -dijo el Phaeron.
* Nuestra flota será vengada, necrón, nuestros hermanos cruzaran la galaxia y vuestro planeta será destruido -balbuceaba el comandante.
* Vosotros, que os idolatráis presumiendo de una eficaz tecnología, creyendo así que el destino de la galaxia esta en vuestras manos... Debéis saber que yo soy Rhaz-Thuraz, Phaeron de la honorable Dinastía Razhir, y he combatido en innumerables batallas a eones de vuestra existencia. Os escondéis bajo armaduras de combate y os creéis dueños del poder, nosotros somos armaduras de combate y ostentamos el poder.
Seguidamente, el Phaeron alzo su báculo de luz y la oscuridad se hizo sobre el comandante Tau.
FIN
(C) RÉQUIEM.
Me ha encantado!
ResponderEliminarPensáis continuarlo?
Algo Corto, pero Buenísimo, Gran Aporte de Odysseys of fate! Gracias por confiar en nosotros Odysseys ^^
ResponderEliminarEs de mi hermano pequeño, alias Réquiem y wargamer con Necrones... creo que está preparando un relato más largo, pero no lo puedo asegurar... se lo preguntaré... SIEMPRE ES UN PLACER!
ResponderEliminarvaya entonces yo tambien estare atento, por mi parte la historia si me llamo bastante la atención, estare esperando continuación, saludos ^^
ResponderEliminarTodavía no me ha asegurado mi hermano que vaya a continuarlo... pero os da las gracias!
ResponderEliminar