En la entrada del infierno – Día 5


Hoy celebramos nuestras exitosas incursiones de los días anteriores y aprovechando las extensas reservas que poseíamos disfrutamos de raciones extras al menos por este día además de el éxito de nuestras misiones también lo hicimos para bajar la tensión pues siempre existía la incertidumbre de cuánto tiempo estaríamos aquí y si los orkoz llegasen a encontrarnos.
Todavía recuerdo que hace un par de días estaba luchando por mi vida y ahora me encuentro en este lugar con una mentalidad completamente cambiada, he aprendido a valorar a mis camaradas y a tener un profundo respeto hacia la guardia imperial es más ahora que lo pienso creo que tenía una idea errónea sobre porque el comisario nos trataba de esa forma, en el campo de batalla no hay lugar para los débiles y mucho menos si se trata de luchar contra estas horrendas criaturas verdes que no muestran compasión y que se deleitan con el sufrimiento de los humanos y disfrutan de la lucha, razón aun mayor para exterminarlos pero siendo yo solo un hombre se que no puedo hacerlo solo y esto es algo que involucra a toda la humanidad si es que acaso queremos seguir existiendo.

Terminada la fiesta decidimos preparar el equipo que llevaríamos esta noche, como en las anteriores noches solo nos limitaremos al sabotaje por muy bien armados que nos encontremos seguimos en seria desventaja contra esas criaturas.

Hemos vuelto de la incursión y hemos logrado plantar minas antitanque por las principales vías sin que nos detectasen, el escuadrón vypel tuvo unos problemas pero no sufrieron bajas, desgraciadamente no tuvimos la oportunidad de usar el cañón láser pero en otra ocasión será.

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