En otoño de 937 M41 un gigantesco ejercito inquisitorial
sitio Ferris, Eduardo el inquisidor había proclamado una inquisición, la guerra
santa, diez mil ciudadanos cardelianos
estaban atrapados, dentro de los muros de la ciudad se habían extendido
el miedo y la desesperación, se pensaba que si Ferris caía el resto de cardel
tampoco estaría a salvo.
A principios de 920
M41 Ferris era una de las grandes colmenas cardelianas era la principal
productora de armas y suministros no orgánicos, tenía la mayor fundición y
fabrica de todo el sector y estaba situada a tan solo 500km de la capital, en
mayo de 936 un mensajero comunico la derrota de Serina y el avance del
gigantesco ejército enemigo para sitiar y conquistar la ciudad.
Entre sus asustados habitantes estaba Artheus Zala, el
secretario cardeliano de guerra.
“Si hay una batalla, no podre luchar mis ojos son bastante
débiles y mis huesos demasiado frágiles, así que día tras día cumpliré con mi deber
y relatare el destino de Ferris con el mayor de los detalles”- Artheus Zala
Ferris es una ciudad ubicada en el centro del planeta, y
debe su riqueza a la tierra y al rio que lleva su nombre, aquel tuviera el
dominio de la ciudad tendría también el dominio de las rutas comerciales y de
suministros. El administratum comenzaba a subyugar al sector agria, el
encargado de esta empresa era Eduardo el inquisidor, un antiguo y ambicioso
comandante que siguió las instrucciones del
administratum a cambio de todo un sistema para su uso personal.
Como secretario de guerra al servicio de Helena, Artheus
Zala redacto la crónica oficial de la defensa de Ferris.
“en el año de terra de 937 M41 el inquisidor Eduardo, cruel
tirano y enemigo de los cardelianos, partió hacia Ferris con todas sus fuerzas,
para vencer y subyugar al sector agria”-Artheus Zala
En esta crónica describió la amenaza que emanaba de la
inquisición y el administratum, el administratum no tenía una fuerza bélica
destinada a invadir u ocupar planetas
por ello el administraum contrataba regimientos y capítulos para cumplir su
voluntad, con la excusa de estar haciendo un bien, pero esta vez ningún
regimiento accedería a invadir un planeta por dinero por lo que esta vez
manipulo a la inquisición para que accediera a atacar el sector y luego darle
el control a gobernadores marionetas y poder sobreexplotar a la población y sus
recursos.
A principios de 937 M41 el ejercito inquisitorial compuesto
por mas cien mil hombres partió hacia Ferris, su mayor campamento se estableció
en Carrion, pero la marcha fue dura, las fuertes lluvias habían ablandado el
suelo y tuvieron que abandonar las armas, el ejercito inquisitorial se hundía
en el lodo, en la mayoría de las regiones la lluvia había destruido las
cosechas por completo por lo que no podían suministrarse conforme avanzaban,
mientras uno de los ayudantes del
inquisidor registraba los acontecimientos en un diario.
“Llovía tanto que muchos se ahogaron en el rio, el agua se
llevo algunos tanques y transportes, los hombres se subieron a los arboles y
pasaron ahí dos días y dos noches”-anónimo
El relato del ayudante es el único testigo ocular de la
campaña contra Ferris, pero autor prefirió permanecer anónimo, pero debió ser
alguien que experimento la campaña con gran cercanía al inquisidor por lo que
se intuye que debió ser ayudante de este.
Describió las penurias del avance de las tropas con gran
detalle, los ríos tendían a desbordarse en aquella zona por lo que estaba llena
de ciénagas y pantanos, así que los inquisitoriales tenían que bordearlos,
lograr su avance fue una proeza logística, tras avanzar la distancia de dos mil
kilómetros en cuatro meses los inquisitoriales avistaron Ferris y el miedo les
había precedido. En el último momento los habitantes intentaron huir, no podían
creer que la ciudad fuera a ser ocupada, solo dos mil habitantes capaces de
portar armas se quedaron.
Enfrente del ejercito inquisitorial estaban los Jinetes de
Talarn, pequeñas tropas a caballo encargadas de hostigar al enemigo y hacer que
cunda el pánico, aparecen afuera de la ciudad por primera vez en septiembre,
violaban, saqueaban y arrasaron todo a su paso, muchos refugiados de Ferris
cayeron en sus manos, capturaron a las mujeres y niños y se los entregaron al
ejercito inquisitorial para ser convertidos en esclavos, las mayoría de los
hombres fueron ejecutados.
“Nuestros guerreros entraban a la fuerza en granjas,
haciendo sonar el grito de guerra imperial desenvainaban sus espadas y mataban
a los herejes, perseguían a muchachas y muchachos, se aseguraban un rico botín,
esto también era prueba de la gracia del emperador”-anónimo
La gente de Ferris necesitaba ayuda pero Helena no podía
acudir en persona pues en aquel momento estaba defendiendo Aria II, sin embargo
en el último momento envió 3 regimientos de fusileros a defender la ciudad,
esto supuso que hubiera más soldados que ciudadanos en Ferris.
Los fusileros eran soldados profesionales, que arriesgaban
su vida por el imperio, eran disciplinados y austeros, sus uniformes eran
preciosos acordes al color de su bandera nacional, gustaban de la guerra y
muchos eran veteranos de la segunda guerra tau-imperial.
Tres días después de la aparición de los Jinetes de Talarn,
el principal contingente inquisitorial llego a Ferris, rodeada por ciento
cincuenta mil marines y guardias imperiales la ciudad estaba sitiada, Eduardo
esperaba que su demostración de cultura y poder intimidaran a la gente de
Ferris y les persuadiera a rendirse sin luchar.
“al comandante y otros habitantes de Ferris, hago constar
que: si se entregan a nosotros y atacan a los cardelianos nada les sucederá,
pero si ofrecen resistencia, por el emperador que su ciudad será reducida a
cenizas y jóvenes, ancianos, mujeres y niños serán masacrados”
Se envió a cuatro prisioneros a la ciudad, el mensaje era
una petición para que se entregaran, solo a si la ciudad seria indultada.
“Eduardo está intentando llegar a un acuerdo con los líderes
de nuestra la ciudad ha hecho el voto de no dejar entrar a ninguno de sus
hombres, para no hacer daño a nuestras gentes, pero si no nos rendimos no
cesara hasta haber conquistado Ferris y
masacrado a todos nosotros”-Artheus Zala
Pero para los cardelianos rendirse no es una opción.
El asedio comenzó con una demostración de sus armas, cuando
se hablaba de disciplina y habilidad con las armas no existía una fuerza en
todo cardel que se comparara con los inquisitoriales, durante todo el viaje al
sector agria habían sido entrenados para usar los basilisk como profesionales,
de esta forma pasaron de ser un grupo desorganizado a una fuerza de artillería
de elite.
Los cardelianos tenían otro modelo de basilisk: el tormentus
que era capaz de disparar 4 tipos de munición y tenía más alcance aun así con
estas mejoras los cardelianos hacían un tiro por minuto, mientras que los
inquisitoriales lograban hacer dos o tres en el mismo tiempo, pero lo que
igualo la batalla entre artillerías fue el alcance.
La artillería inquisitorial sin saberlo se situó en un punto
dentro del alcance de las defensas de la ciudad y estas solo con suerte podían
alcanzar a los cañones que defendían la colmena. Durante horas intercambiaron
disparos hasta que se decidió mover la artillería fuera del rango de acción de
los cardelianos.
Pero seguían estando completamente rodeados, el vasto campo de invasores solo podía ser
contemplado en su totalidad desde el punto más alto del palacio principal y fue
allí donde un artista se sentó y dibujo,
lo que Artheus Zala registraba con palabras este lo hacía con dibujos. Los
esbozos del artista formaron un documento único que registró los horrores del
asedio. Los ataques y saqueos fuera de sus puertas así como los acontecimientos
ocurridos dentro las murallas capturados en una sola imagen.
Todos los relojes de las iglesias y recintos públicos se
detuvieron, y con excepción de una pequeña capilla todas las campanas dejaron
de repicar durante el asedio, el tiempo se había parado, la decisión de luchar
fue retratada por Artheus Zala como una especie de juramento de Ferris.
“compañeros de armas, nobles y rasos, juraron quedarse en la
ciudad con sus magnificas armas, mientras aun hubiera vida en sus cuerpos para
morir unos junto a otros por cardel”-Artheus Zala
La batalla continuó, a medida que avanzaban los
inquisitoriales se habían visto obligados a dejar atrás sus piezas de
artillería más poderosas y pesadas por lo que tuvieron que continuar el asedio
con cañones más pequeños, superados por los cardelianos estos cañones apenas y
hacían daño a las murallas y la ciudad.
Pero Eduardo tenía experiencia en asedios de colmenas como
la de Ferris, los cañones estaban pensados únicamente para propagar el caos y
el terror y evitar que los defensores de ferris tuvieran un momento de respiro,
mientras los inquisitoriales se centraban en sus verdaderas armas: cavaban
zanjas y túneles por los cuales se introducirían a la ciudad. Al principio la
gente de Ferris pensaban que el enemigo cavaba trincheras, se quedaron
esperando un ataque, sin sospechar que el ataque ya había comenzado bajo
tierra.
La idea era cavar enormes túneles con enormes cámaras al
final y luego retacarlos con explosivos para derrumbar las murallas, cada
cámara se sellaría después para lograr la máxima compresión y proteger a sus
propias tropas del impacto de las explosiones, lenta e inexorablemente los
inquisitoriales se acercaban a la ciudad, cada hora de cada día la amenaza
crecía.
Mientras los excavadores se acercaban mas a la ciudad con
sus conductos, en los alrededores de Ferris se producía una tragedia, los
jinetes de Talarn propagaban el miedo, usando la escopeta mientras cabalgaban
eran capaces de masacrar a cualquier infantería ligera, eran tiradores expertos
que de un solo tiro bastaba para acabar con su enemigo, aunque los cardelianos
también contaban con tropas a caballo no se comparaban con la habilidad de los
jinetes de Talarn.
Los jinetes saqueaban los alrededores de la colmena en un
radio de casi 100 kilómetros, el destino de los granjeros y campesinos fue un
presagio para los habitantes de Ferris, solo unos cuantos supervivientes
encontraron refugio en la colmena, protegidos por la obscuridad.
En su crónica Artheus Zala escribió:
“se masacro y secuestro a miles de personas, los niños eran
arrancados de sus madres y enlistados o ejecutados, las mujeres eran violadas
hasta la muerte, que el emperador se apiade de ellos y que se castigue a estos
malditos”
Lo que Artheus escribió formo la imagen que tendrían los
cardelianos y arios sobre los inquisidores durante el resto de la guerra. Las
atrocidades que se cometieron a las afueras de Ferris fueron confirmadas
después en informes inquisitoriales.
“los jinetes de Talarn hacen bien su trabajo, propagan el
miedo mejor que un insecto la enfermedad, su paga es cara pero valen cada
centavo”-anónimo
La situación para la gente de Ferris era de penuria y
desamparo, entonces empezó a llover.
“llovía sin parar todo el día, esperábamos que los crueles
enemigos murieran congelados, pero mala hierba nunca muere”-Artheus Zala
Debido a la lluvia atacar no era una opción, las trincheras
y canales quedaron enlodados junto con los túneles, mientras siguiera lloviendo
Ferris estaba a salvo, el espíritu de las filas Inquisitoriales se hundió hasta
el fondo, llovió durante dos días y el
campamento de Eduardo se hundió en el lodo.
“días y noches de frio intenso, había tanto lodo que los
tanques quedaron hundidos hasta las orugas, es imposible describir cuanta
lluvia cayó”-anónimo
El tiempo se acababa para el asedio inquisitorial, pronto
llegaría el invierno y con el llegarían también las fuerzas del capitán
Guillermo y las tropas arias de Isabela.
Por fin la lluvia paro, la gracia de Ferris se había
acabado, la agotadora guerra subterránea continuaba. Para entonces la gente de
Ferris ya había descubierto las galerías subterráneas y ocultos bajo la luz del
alba dos mil hombres se preparaban para atacar, era una operación muy
arriesgada si los fusileros fracasaban en encontrar las cargas, Ferris estaría
perdida.
Como llegados de la nada, los fusileros aparecieron en las
trincheras de la inquisición, estos sorprendidos intentaron huir y muchos
fueron asesinados, sin embargo también hubo severas bajas entre los fusileros,
que no pudieron encontrar las cargas pero al volver a Ferris se llevaron un
prisionero para interrogarlo, una palabra que más bien significaba torturarlo.
Los cardelianos necesitaban saber cuanto antes donde se
encontraban las cargas, así que torturaron al hombre de la peor manera posible,
sometido reveló los planes de la inquisición.
“Cuando fue interrogado, el hombre por fin admitió que se
habían colocado cargas a la derecha e izquierda de la puerta corintia, nadie
tenía conocimiento de esto, cuando se informo a nuestras tropas, prepararon
barriles con agua y sonares además de preparar los fusiles y bayonetas”-Artheus
Zala
La información obtenida del prisionero no era lo
suficientemente detallada, los sonares
fueron colocados pero eran insuficientes así que los cardelianos se encerraron
en sus sótanos mirando los barriles llenos de agua, el agua revela cualquier
movimiento en la tierra antes de que el oído humano pudiera detectarlo, si se
formaban ondas en la superficie los soldados cavaban en ese lugar.
Para poder asaltar la ciudad, los inquisitoriales querían
accionar las cargas para derribar las murallas, trabajaban en varios puntos a
la vez para despistar a los cardelianos,
pero los cardelianos detectaron las cargas, entonces se reunieron en las
secciones amenazadas de las murallas. Los inquisidores hicieron los últimos
preparativos, el ataque general era inminente.
La tierra tembló y estruendo de la piedra y metal
derribándose dejo sordos a todos, la brecha que se abrió tenia cuarenta metros
de largo, pero los cardelianos estaban listos, los fusileros estaban situados
en la brecha y los inquisitoriales fueron derechos a sus bayonetas.
Derrotados los angeles sangrientos y guardias imperiales se
retiraron a su campamento, donde Eduardo, Jung meng y Carlos recibieron
consternados la noticia de su derrota.
“tras la comida de la tarde se detono una carga explosiva,
muchos cardelianos lucharon en la brecha que se creó y dio comienzo una
encarnizada lucha, pero como la brecha no era lo suficientemente ancha no
pudimos ocupar la ciudad”-anonimo
Los oficiales inquisitoriales discutieron el modo de
proceder, su ejército no podía aguantar más, las tropas estaban desmoralizadas
y apenas tenían que comer. La escases de comida era asunto de máxima
importancia, los comandantes decidieron preparar un ataque final, si la
fortaleza no sucumbía, el ejercito se retiraría.
Los heraldos anunciaron la decisión final, para revitalizar
el espíritu de las tropas a luchar el administratum envió enormes cantidades de
dinero y el inquisidor prometió al primer hombre que pisara Ferris seria
ascendido a coronel junto con treinta mil monedas de oro, una recompensa muy
esplendida.
El ataque final: Eduardo planeaba asaltar la colmena en tres
columnas, pero de nuevo los marines y guardias se dirigieron hacia los fusiles
de los cardelianos. La carnicería duro dos horas, después los soldados de la
inquisición decidieron por unanimidad retirarse, ya no tenían ganas de luchar
ya no creían poder ganar la batalla.
Sin embargo los cardelianos aun no se creían su victoria, no
tenían ni idea de que el asedio se hubiera terminado.
“el enemigo preparo un ataque violento, pero esta tormenta
amaino pronto, las bajas del enemigo ascendieron a treinta mil, de nuestro lado solo hubo cincuenta
muertos y varios cientos más fueron heridos, agradecemos al emperador haber
sobrevivido”- Artheus Zala
El peligro había terminado, pero el miedo aun se extendía
por la ciudad, al día siguiente del ataque final tres hombres fueron
capturados, sometidos a tortura confesaron ser espías de la inquisición,
confesaron su misión de sabotear los polvorines e incendiar la colmena, los
tres espías que entraron en la colmena fueron descuartizados en público y las
partes sus cuerpos se colgaron en las puertas de la ciudad. Pero los hombres
probablemente eran inocentes, su ejecución pura histeria.
El descuartizamiento era un castigo brutal y efectivo, a
veces al separar los miembros la victima aun permanecía con vida y se dejaba
que muriera desangrada.
La campaña del ejército inquisitorial término de la misma
forma que había comenzado, en medio de la lluvia y el barro, el relato del
cronista de Eduardo no da indicios de cuantos guardias y marines habían muerto
en la batalla y el camino de regreso a sus bases, el destino del mismo autor es
desconocido.
“llovía sin cesar desde el alba hasta el atardecer, algunos
de los soldados perdieron todo su equipo en el diluvio y algunos de los tanques
terminaron hundiéndose en el lodo, el frio y el miedo eran insoportables
sabíamos que Isabela había llegado a cardel y sus fuerzas estaba próximas”-anónimo
Aquello que los invasores dejaban atrás pasaba ahora a manos
de los cardelianos, pero la euforia de su triunfo no duro mucho, la periferia
había sido arrasada había cadáveres y excrementos por todos lados, el hambre y
la miseria eran omnipresentes.
“apenas y era posible caminar la distancia de un disparo sin
tropezarse con varios cadáveres”-Artheus Zala
La batalla por Ferris se había ganado, sin embargo la guerra
persistió, como un puesto de avanzada en el centro del continente Ferris
viviría bajo un miedo constante, no fue hasta que los regimientos arios y
cardelianos llegaron que la ciudad se sintió a salvo, no sería hasta 960 que
comenzaría el declive de la fuerza de la inquisición.
El invierno inmediatamente después del asedio fue de
hambruna, el tiempo fue más frio de lo normal, un proyectil había dañado el
sistema eléctrico y no había forma de calentarse, ni de comer, el asedio hizo
imposible recolectar la cosecha de otoño y el tren de suministros estaba
destruido.
Los ciudadanos que habían huido volvieron solo para
acrecentar el problema, muchos fusileros se encontraban todavía en la ciudad y
necesitaban comer, en medio de esta situación apareció un dibujante de Cracia:
Taleus, Taleus quería publicar un relato sobre el asedio de Ferris, este
conoció a Artheus Zala cronista del asedio quien le proporciono una copia de
este relato, también recibió los esbozos del artista anónimo del palacio
principal.
De vuelta en su taller de Cracia, Teleus los unió en una
imagen panorámica, pero solo menciono a Artheus Zala como autor en la primera versión,
mas tarde publico una versión enriquecida por si mismo bajo su nombre, como
resultado los dos testigos oculares de la batalla fueron olvidados muy pronto,
ya no hay datos de su vida tras el asedio.
Ese invierno Teleus volvió a Cracia, su relato proporciono
al imperio la imagen de la resistencia cardeliana frente al peligro que
representaba el administratum, esto le dio una imagen brutal y poco heroica a
la inquisición y consolido a Cardel como bastión imperial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario